No me lo puedo creer, está hecho. ¡Oh Dios!. Y ahora viene lo peor: la espera. Aunque esta vez me resulta algo tan irreal que puede que me convezca a mi mismo de que no es posible, que no está ocurriendo, y así se me haga menos pesada la espera… ¡el problema es que es real! De alguna manera está pasando, no tiene mucho sentido ni me lo habría esperado hace una semana quizá, ¡pero es jodidamente real!
Se me come la emoción, perdón por delirar tanto…
Ejem, ejem, en otro orden de cosas sería interesante escribir algo… interesante, o por lo menos que tenga sentido, ya que el tema de interesante es complicado. Dicho eso anuncio que mañana es la fecha que se le asignó al último de mis verdugos, ni más ni menos que las 16.00, todo preparado para que me tueste vivo mientras párrafos numerados escritos en una palida hoja de papel de mala calidad (eso si, reciclado) echan a perder la calma que me caracteriza. Está bien, ni siquiera en esos momentos la pierdo, soy lo peor. Mi enemigo final es un tio de altura normal, bastante delgado y con cara de subnormal (lo siento hijo mio pero podría hacer una encuesta y todos dirían que esa es la primera impresion que das. Sumado a que dices «eeeeeeeeemmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm» con cara de zombie unas 13 veces por minuto…) . En fin, mejor me callo, no sea que el tio venga y me denuncie, últimamente está de moda.
¿Qué importa todo esto?
Pues oye, a partir de mañana soy un tio libre, que quieras que no es una diferencia considerable teniendo en cuenta mi estilo de vida durante estas últimas semanas.
Una vez más: ¿Y qué?
Mira que somos pesados. Pues que The Grey Corner vuelve a la vida señores, y piensa hacerlo con fuerza y, como siempre quise, con más contenido dedicado a la fotografía (¿sabeis por qué? ¿sabeis por qué? JOJOJOJOJO), así que estad atentos.
¡Nos vemos!
The Grey Corner 